Matar a la madre porque hay un reducto del afecto que quedó vacío de forma irreversible y definitiva. Es esa dependencia desplazable, por turnos. Eso es mi hueco materno y, sépanlo hijos de la desdicha, nunca va a cambiar.
Lo sombrío, lo infinitamente triste, malaventurados lectores -más escasos que la chucha, identificados y malaventurados, je- es que la desgraciada madre nunca tuvo idea de lo que hacía, de lo que dejaba de hacer. Esa madre volvería a hacer lo mismo. Ese hijo volvería a sufrir la desdicha de la carencia la brutalidad del miedo la intuida obligación de la madurez urgente.
Os digo, hijos de la desdicha -identificados también, jaja, risa malévola- cuiden su dependencia desplazable, por turnos, porque los atormentará siempre, es una convidada de piedra.
Y maten a la madre, maten el deseo de aquello que no fue, pues sólo así el duelo será posible y la dependencia -desplazable, por turnos- erradicada.
Sino -cáchense el medio pronóstico- van a andar toda la vida jodiendo a gente q no corresponde, sufriendo por weas que NO les han hecho, esperando ser más importantes de lo que se puede llegar a ser para los demás, deseando ser princesas y príncipes cuando en esta vida lo que toca es ser todos iguales.
Atinen, cúidense a sí mismos porque sino van a convertirse en esa carga que nadie quiere cuidar.
Ese vacío insoportable no es culpa del mundo sino de vuestra madre, y como no podemos culparla directamente porque la pobre no lo hizo intencionalmente, sólo queda, nos queda, hacernos cargo por nosotros mismos. Es la lucha más dura de todas y el duelo más a ciegas de todos, porque significa no resignar algo perdido, sino algo que nunca se tuvo, es como...resignar una añoranza. Y desgarra. Es un dolor desgarrador. E incomprensible desde afuera. Y sólo se puede hacer a solas, eh. Lo podemos conversar, malaventuradas queridas -ya, tán rete identificadas. Y, palabreao y todo, toda la pega real es a solas y pa' dentro. Tan pa'dentro que se siente a veces que se está perdiendo la conexión con ese mundo de afuera que a uno le dicen que es el real. El adentro es tan real como lo demás. Y más cuático, oscuro, ahí reside el lado oscuro de la fuerza. Y también toda posibilidad de energía y re construcción, así que cagaron, la pega hay que hacerla. Cagamos.
Ya mierda, partieron a cometer homicidios en sus corazones.
Y así como pa reírnos de nosotros mismos, les pego
love and happiness de Al Green, canción exquisita sobre, faltaba más, amor y felicidad. JA.