sábado, 22 de octubre de 2011

La escritura del absurdo



No está guiada por ideas, es pura corriente, pura forma.

Si se quiere psicologizar, colinda con la asociación libre, el acto fallido, la producción onírica. Es estomacal, corporal y abismal. Es forma y la forma es letra palabra, escritura como acción, sonido, fonema. Puro la-canismo, inconsciente estructurado como lenguaje. Eso no más.

Si no se quiere psicologizar, sigue siendo forma, más vacía y con menos posibilidades de interpretar, más respetable, más pura, puro juego.

Si existe formalmente  una escritura del absurdo, no confundir con esta que invento, que no es más que una idea autorreferente, para validarme ante mí misma. Que suena sumamente penoso, y es lo que muchos persiguen al escribir, al garabatear. Legítimo, legítimo, tenemos el poder de legitimar lo que queramos.  





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