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viernes, 9 de diciembre de 2011

Quebrazón

El daño más profundo no proviene del lugar del enamoramiento y el encanto, no proviene de la caída (de aquello que idealizamos) por un barranco de decepciones. Proviene de las confianzas amarradas como certezas, nudos cuya solidez tiene para uno el status de ladrillos. Se construyeron, sí -como todo en la vida, por lo demás- se construyeron dentro de los terrenos de seguridad más primitivos y fiables, a la luz de aquel espacio que nos permitió crecer desde lo más genuino y a destajo, ese espacio donde toda prueba constituía, con todo derecho, la praxis del crecimiento y la construcción de uno mismo, el camino lógico hacia ser, fluir, crearse, fluir. Todo error estaba permitido en función de esa empresa. Al fin último de la creación de uno mismo se debe supeditar una gran variedad de medios y herramientas. Soy una cabrona del “derecho a ser”, es verdad, y eso conlleva peligros, pero también grandes posibilidades, sobre todo posibilidades de felicidad y de bienestar. El cuestionamiento a ese derecho es la más clara fuente de inseguridades, la más sólida arma de destrucción en el seno de la aparente benevolencia del espacio familiar de crianza. Y dicho cuestionamiento es un vicio cotidiano, frecuente, debe ocurrir unos 4 millones de veces cada 10 segundos en todo el mundo. La tasa debe ser más alta entre los adolescentes, sin dudas, digamos, unos 2.6 millones de ese total de 4. El cuestionamiento paterno resulta comprensible la mayor parte de las veces. Soy cabrona pero comprensiva. El cuestionamiento “fraterno” es una wea que me cuesta mucho más entender; tampoco dudo de que exista material que permita comprensión, pero por alguna razón, su impacto es infinitas veces más brígido, infinitas veces más desequilibrante, y otra tal cantidad de veces más descorazonador. No hablemos de pena; esta wea es enorme y aterradora. Y “exageración” es un concepto cuyo uso, por cualquier insensible ignorante, condenaré enérgicamente.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Monito Mayor.


Qué violencia dios mío. Dios tuyo! La culpa inspirada en el legado bíblico tiene a mi madre hecha una bárbara insufrible y a la sociedad de cabeza. Patas pa’rriba. El mío es el mal menor. Menor respecto de mayor. La verdad sobre el asunto de la vida social, capitalismos, es que nos la vivimos jugando al monito mayor. 

domingo, 27 de noviembre de 2011

Someone's getting my heart  

lunes, 14 de noviembre de 2011

Esa Batalla

¿Como compaginar 
la aniquiladora
idea de la muerte
con este incontenible
afan de vida?


¿como acoplar el horror
ante la nada que vendra
con la invasora alegria
del amor provisional
y verdadero?


¿como desactivar la lapida 
con el sembradio?
¿la guadaña
con el clavel?


¿sera que  el hombre es eso?
¿esa batalla? 


Benedetti. Cotidianas.





lunes, 24 de octubre de 2011

PROMOVIENDO EL DIÁLOGO ENTRE LOS PAJARITOS DE LA CABEZA



Gracias al Daniel Godoy, hace un buen tiempo yo tengo esto sobre mi cabeza por las noches..o debería decir, dentro de mi cabeza.   =D 
Gracias Dani!
Mis gracias oficiales. 
  

sábado, 22 de octubre de 2011

Melodía. Me lo diría. Cualquier título no más



Que una mancha, que un papel, que unas uñas desgastadas, que un susurro, bajo la piel, quebrada, quebrada. Qué me miras? Qué me ves? Que yo aquí no tengo nada. Nada para vós, nada para mí, nada para el cielo, nada para el alma. Sólo llevo un cuerpo vago, un esbozo de silueta. Atada a una melodía.  

Agarrada, vida mía, no me dejes vacía el alma, melodía, vida mía, melodía, melodía, melodía.  


La escritura del absurdo



No está guiada por ideas, es pura corriente, pura forma.

Si se quiere psicologizar, colinda con la asociación libre, el acto fallido, la producción onírica. Es estomacal, corporal y abismal. Es forma y la forma es letra palabra, escritura como acción, sonido, fonema. Puro la-canismo, inconsciente estructurado como lenguaje. Eso no más.

Si no se quiere psicologizar, sigue siendo forma, más vacía y con menos posibilidades de interpretar, más respetable, más pura, puro juego.

Si existe formalmente  una escritura del absurdo, no confundir con esta que invento, que no es más que una idea autorreferente, para validarme ante mí misma. Que suena sumamente penoso, y es lo que muchos persiguen al escribir, al garabatear. Legítimo, legítimo, tenemos el poder de legitimar lo que queramos.  





jueves, 13 de octubre de 2011

Esto es la lógica del desaparecimiento. La mía y no la comparto.

El sexo muy placentero puede provocar amnesia http://www.theclinic.cl/2011/10/13/el-sexo-muy-placentero-puede-provocar-amnesia-segun-los-medicos/


No digo yo? La lógica del desaparecimiento  

domingo, 2 de octubre de 2011

La culpa es del psiquiatra; recetó un hombre formal *

Creo que Christina Rosenvinge no había sido lo suficientemente valorada a lo largo de su carrera como solista, en Chile, digamos. Y se me ocurren dos factores bien visibles ligados a ello; su asociación inmediata con los Subterráneos [que, a decir de verdades, nunca fueron tal porque siempre esos músicos estuvieron rotando] y el otro, válgame Dios si me estoy tirando las partes, es que no canta bien. Su voz no es virtuosa -ni siquiera me atrevería yo a hablar de talento- y las canciones las ha armado a punta de acomodar tonos por aquí y por allá, y sobre todo de hacer juegos con esa innegable mezcla de, por un lado, sensualidad en su voz española y, por otro, belleza y carisma. Tiene esa ambivalencia del ángel y el diablo de la gente conmovedora e intrigantemente bella. 

Esto va sobre la música, pero me parecieron comentarios útiles. En nuestro país actualmente sí se la sigue bastante; yo me asombré el año pasado en el [mierda de teatro ese donde alguna vez trabajé] Nescafé de las Artes, y este año más aún con la gira que hizo por Chile. Pero esto es ahora, luego de dos discazos que se ha sacado y que han tenido una amplísima difusión: Tu Labio Superior [2008] -con su EP un poquito posterior Tu Labio Inferior donde se incluye la muy linda "A Contrapelo"- y La Joven Dolores [2011] -donde además hay referencias entretenidísimas a su quiebre con Nacho Vegas, pero en eso no me voy a extender porque ya he dado jugo en numerosísimas ocasiones al respecto.  

Por qué reivindicar a la Rosenvinge -si es que cabe dicho ejercicio, hoy por hoy-? Porque se ha convertido en una gran compositora y porque como letrista es una maravilla. No al nivel de su ex, Nacho, que es un escritor innato, pero ella tiene la virtud de lograr elocuencia valiéndose de palabras y frases simples. Ese es mi mayor argumento, esa es la razón por la cual la escucho un domingo a la noche, con algo de desgano -no queriendo dar por finalizado un bellísimo día primaveral para dar paso a una semana laboral-, con algo de esa pereza con aires de pena inespecífica que de cuando en vez se deja caer, con algo de sueño, con algo de ganas de soledad rica. 

Nuestra Casa, track 8 de La Joven Dolores, rica en frases representantivas de mi idea de simpleza: 

(...)
Vuelvo a buscarte donde sé que perdí / el único rastro que querías aquí 

Sin saber qué estrella vamos a seguir / nos hundimos en la oscura inmensidad
Y aunque no haya tiempo para dormir / volveremos, volveremos a soñar

La juventud era una extraña enfermedad / que solamente el tiempo nos pudo curar
Ves la colina que despunta hacia el sol? / es nuestra casa; la que haremos tú y yo 
(...)




* El título es sólo una frase más de las pulentas frases que se ha sacado CR en su último disco. 

martes, 27 de septiembre de 2011

Nº Dos ---- Infancia. Período. Cosa de meses.



Durante la noche eran los reptiles: lagartos, culebras y salamandras, que me perseguían desde el colegio hasta el espacio angosto de la cocina de mi casa.  Alguna vez fue un avestruz, que me perseguía desde su bolsita con placenta, de criatura aún no nacida. Después despertaba y se acababa la persecución, y el papel mural rosado y celeste me devolvía una quietud momentánea. Figuras de osos paseando a sus muñecas entre nubes tan redondas como irreales, aunque en realidad, de noche como era, sólo alcanzaba a evocarlas, jamás verlas, lo que quizás aumentara mi angustia. 


Recuerdo el momento posterior a mi caída voluntaria al fondo de la piscina que había en esa casa; nunca tuvo agua, por un absurdo temor paterno a que me lanzara sin permiso. Mi protesta infantil consistió en arrojarme dentro de todas maneras, inaugurando a mis 6 años una injusta desconfianza por parte de mis padres. Ese día el castigo consistió en hacerme amiga de los osos del papel mural, encerrada como estaba en un cálido febrero de mediados de los noventa en Santiago. 


Volviendo a las noches: afuera de mi ventana habitaba un rostro oscuro y gigante como de cantante de ópera. Debajo de la cama y dentro del clóset, otra oscuridad temible.  Al otro lado de la ventana de mis papás, un almendro más grande que la cara oscura, bonito y lleno de almendras que ya quiero que sea verano para que se caigan y las comamos con mis primas de Conce. El almendro ocupaba mis días como la cara de Pavarotti mis descansos entre pesadillas. Las almendras en caída libre describían trayectorias imposibles para mis ojos lentos de niña asustada, los fragmentos de luz que me enceguecían eran sólo la constatación de la cobardía de no haberme trepado el tronco. Pues si estaba ciega, era por estar echada mirando desde el suelo. Mi mamá adoptó, durante el largo año que allí habitamos, la despiadada costumbre de despojarme de mis almendras. Las regalaba a todo el mundo; tanta maravilla veía en mis pequeños proyectiles. Pues resulta evidente que eran más mías que de todos los demás; porque yo regaba más el árbol y a mí me daba sombra más días y más horas por día y más momentos por hora que a todos los demás. Nadie conoce las almendras si no ha tenido un almendro en casa antes de los 9 años. 

Iba a nacer mi hermano, pero él sólo tendría una madre y yo tenía un almendro. Además, hasta podría ser mi amigo, un desdentado incapaz de robármelas. 

martes, 20 de septiembre de 2011

Borrador de tarea


Infancia. Período. Cosa de meses.

Durante la noche eran los reptiles: lagartos, culebras y salamandras, que me perseguían desde el colegio hasta el espacio angosto de la cocina de mi casa.  Alguna vez fue un avestruz, que me perseguía desde su bolsita con sangre, de criatura aún no nacida. Después despertaba y se acababa la persecución, y el papel mural rosado y celeste me devolvía una quietud momentánea. Afuera de mi ventana un rostro oscuro y gigante como de cantante de ópera. Debajo de la cama y dentro del clóset, otra oscuridad temible.  Al otro lado de la ventana de mis papás, un almendral más grande que la cara oscura, bonito y lleno de almendras que ya quiero que sea verano para que se caigan y las comamos con mis primas de Conce. Mi mamá siempre le regala a todo el mundo para que todos sepan que tenemos el tremendo almendral en la casa, el único que le pone nombre a esta villa donde vivo que llama “El Almendral”. Pero ahora me voy a robar todas las almendras porque son más mías que de todos los demás, porque yo riego más el árbol y a mí me da sombra más días que a todos los demás. Y para que mi mamá salga perdiendo, porque ella es terriblemente pesada y se pone terriblemente tonta cuando están los otros adultos. Después va a llegar mi hermano, pero ese no me importa porque no va a tener dientes así que no va a poder comer almendras.
Mi papá no limpia la piscina, porque hay una piscina y está asquerosa, para no ponerle agua, porque piensa que me puedo tirar al agua y me puedo ahogar. La cosa es que yo me tiré igual, para que vea que es tonto con el agua porque el agua no hace la diferencia. Y me pegué tan fuerte en la cabezota que ya ni me acuerdo, y mi papá me sacó en brazos y retó a mis primos, aunque yo le dije que no tenían culpa. Y de lo que pasó después tampoco me acuerdo, porque ya dije que me pegué muy fuerte, así que no puedo seguir escribiendo. 

Desverticalizada




Cuando la espalda EMERGE





martes, 13 de septiembre de 2011

Centro

Alli donde te duele

está el centro de tu cuerpo

domingo, 11 de septiembre de 2011

Hoy

Pa qué vamos a andar con cuentos?

{Menos a nosotros mismos}

Las cosas como son



Y si esta oscuridad circunstancial
las pone muy inhóspitas
soplemos un poquito de luz
que abre los ojos
pa que guíen las manos

jueves, 23 de junio de 2011

Arrepentida.


De los arrepentidos es el reino de...
No existe tal cosa.


Quiero ser idéntica a esa versión mía




domingo, 12 de junio de 2011

QUÉ MALA SUERTE. Escrito + canción


Cómo escribir sobre esto? Digo, sin decir las palabras que, en su infinita explicitez, convierten al relato mismo, a la confesión misma, en una cursilería o, en el mejor de los casos, en un desahogo a secas.

Me he topado con la mala fortuna de experimentar sensaciones ricas, allí donde ellas resultan estériles. Ya fui clara? Espero que no. Quiero dar-me vueltas mediante las palabras en este tremendo puñado de sentimientos. Como quien rueda por un prado sin querer detenerse pronto. Armar un prado de palabras para mi uso personal. Como quien busca una aguja en un pajar, buscar letras nada incógnitas en una extensión de palabras tan inmensa que se escapan a mis ojos. Y eso que todas ellas están en mi idioma. Siempre. Me gustaría agotar los sentimientos en el dar vueltas y girar y voltear, emitiendo palabras, comiendo palabras, atrapando sonidos, monosílabos, vomitando adjetivos, verbos de lo más indecentes. Deseos.

Digo. Quiero decir. Quiero decir que las palabras me agoten los deseos. Dicen que el lenguaje sirve para crear. A mí me gustaría que se me aliara para deshacer.

Deshagamos. Y me refiero a cualquier cosa. Al menos en primer lugar.

Un puente cortó de cuajo las ideas que subían desde las aguas rancias de un río capitalino. Paf! Las deshizo. Tu cigarrillo, inútil, inutilísimo, quemó el borde de mi vestido verde (el asunto contigo ya se volvía imperdonable). Un tren cruzó veloz la resistencia del aire. La cortó. La resistencia ya no existió más. Después del aire vino tu rostro a cruzarse por mi cabeza, no sé qué buscaba pero le di unas cachetadas mentales. Punto para mí. Un perro rompió mis zapatos nuevos a mordidas. A mordiscos mezquinos te hice sangrar un trocito de piel. Mi mamá quebró mi tazón favorito, yo rompí en llanto.

Ya probado que las palabras sirven para deshacer una cosa cualquiera, probemos a deshacer lo importante.

Al principio me resistía a deshacer entonces me vi tentada a crear. Mm, probemos con un beso. Con el puro lenguaje. Beso beso beso beso. Repetidos besos pronunciados. Nap, no existe el arte de magia. Toque roce toque roce. Cuando uno se está quedando dormido, tiene un poder un poquito sobrenatural para acercarse con la imaginación a las sensaciones. Insistía yo. Pero despertarse a la mañana queriendo-haber-seguido-soñando no era negocio rentable. Había más pérdida que ganancia. Todavía no conozco la plusvalía de los sueños.

Ni la costura ni el tejido ni el pegado, ni siquiera dispararte con una pistola de silicona. Nuestra unión era imposible. Y eso que me imaginaba yo vestida de pin-up, hasta con un peinado lindo, con la pistola en la mano. Y tan mal no estoy, no? Re guapa me veía. Jajaja, sólo yo me veía. Vaya sorpresa, si todo esto ocurría en mi imaginación. Aunque, qué más da? La realidad hasta le tiene envidia, de tan lúcida, a mi imaginación.

Ni los sueños ni la imaginación. La realidad, bueh, a esa descontémosla. Resignada. Tijeras. Querido, si no me das bola, tendré que ir a por tí. A que veas que no quererme se siente filudo. No quedó más remedio. Te corté en pedacitos. Una foto donde te veías hasta feo. Y con el photoshop corté la única foto tuya que tenía en el compu. Desapareciste de mi espacio visual. Deshecho. Después borré un disco que me recomendaste. De ahí me gustó una sola canción. Ese criterio resultó maravilloso: el muy pillo no sabe recomendarme música (eso sí, conservé la canción que me gusta, obvio). 

Después dejé de hacer webadas porque ya estaba pareciendo listado de recomendaciones prácticas para olvidar a un ex. Y, según la posición de los planetas y la dirección del viento, me es más fácil tener de ex a Brad Pitt que a ti.

Luego de toda mi tarde perdida –prefiriendo evocar cosas imposibles porque lo posible es de ignorantes, interpretando a mi antojo una idea de Silvio- me dio por pensar en mi vida anterior, terrenal, llena de contradicciones. Y me acordé de que una vez destrocé un corazón.

Para que tú no rompas el mío, después de tratar y re-tratar con las palabras, me compré unos patines. Sirven para correr. Me escapo de ti dos o tres veces por semana, patinando en círculos, de 7 a 10 de la noche.

Está resuelto. 



A D V E R T E N C I A

Antes de cualquier otro texto, una advertencia: Que mis relatillos tengan tono autobiográfico (y estén escritos en 1º persona) no quiere decir que cuenten mi vida o cosa similar. Mm hay quienes han pensado eso. Obvio que, como todo en la vida, es una mezcla de todo. De sís, de nos, de más o menos, de nadas, y de etcéteras. 

La ficción la lleva. Y, para hacer uso y abuso de la contradicción, quiero mencionar que Zambra opina que toda narración debería tratar sobre lo real. Ficción y narración no son sinónimos. Y me gusta la idea de Zambra. Pero también me gusta inventar. =) 


Mientras no me mates todo estará bien

Tú cortaste los cordones que me mantienen colgada -de por allá arriba hasta acá abajo- con un soplito, chiquito, de indiferencia de lo más honesta. Desde una altura mortal. Nah. Eso no ha pasado. Porque me gustas. Pero no me matas.

miércoles, 8 de junio de 2011

Más Julius

Encontré un buen video de Julius Popper (buen audio), mientras buscaba recomendaciones para un lector peculiar. 

Escúchenlos, en serio, todos quienes me han acompañado a verlos en vivo han aprobado con gusto =) 



PD: El bajista es una guapedad


lunes, 6 de junio de 2011

Retrospectiva Inducida


Tomé el teléfono para llamarte, con la convicción intacta de que me habías olvidado, con las pupilas fijas en un punto muerto, con una lucidez de-mente provocada por un pito que me había fumado. Recordé entonces nuestros pitos fumados, luego nuestras andadas de la mano, nuestras comilonas de chatarra, nuestros viernes de mirar tele, nuestros carretes siempre más tuyos que míos, nuestras conversaciones cada vez más tuyas que mías, nuestro simpático humor negro cada vez más negro para mí, nuestras divergencias de opinión cada vez más incompatibles, nuestras caricias cada vez menos cálidas. Alcancé a colgar antes del primer ring. Menos mal.

jueves, 2 de junio de 2011

Desamor


Nacho Vegas debería tener un disco con este título. 

Algunos pensarán que rayo con él. Así es. Y es que para mí él es un escritor que además compone música. Y por cierto, como músico también es súper seguible. No me gusta escribir grandes textos a propósito de las canciones porque eso ya lo hizo antes y mucho mejor Wikipedia -y gente que tiene blogs de música, recomiendo de pasadita este http://elritmodemisacontecimientos.blogspot.com/. Pero sí quiero compartirles una impresión personal sobre Nacho Vegas: que sus canciones de desamor son increíbles. Las letras, sin excepción, son desgarradoras; parecen escritas en el clímax de la pena, en ese punto de la curva donde el elástico no se puede estirar más de tanto peso que tiene encima, donde uno siente que está a punto de romperse todo e ir a dar al fondo mismo de un pozo del cual no concibe el fondo. La música, yo diría que en general pero sobre todo en estos temas, está puesta al servicio de la letra -y por ahí va también mi sensación de que Nacho es primero escritor y luego compositor.

Sus frases parecen producidas por una complicidad sin precedentes entre el corazón y la voz, como si no mediara un ejercicio de modulación. Hechas a la medida de lo que van dictando ciertas emociones. Elocuentes y me late que tan reales, tan vividas. Sucede aún con aquellas que rozan el cliché. Quizás sobre todo con esas.

Este sujeto tuvo una relación con Christina Rosenvinge. La historia del inicio del romance está en una canción -Verano Fatal- que forma parte del disco del mismo nombre; disco de autoría de ambos, que incluye también la canción que aquí pongo. 

Terminaron no sé bien cuándo, y tampoco profeso una defensa de la prensa "rosa", pero me interesa contar que en los últimos discos de ambos -La Joven Dolores de Christina y La Zona Sucia de Nacho- esa ruptura aparece como un elemento fundamental en prácticamente todas las canciones. Y son discos muy buenos, ambos. Que es lo que importa en este asunto, no? 

A propósito de las canciones nacidas de la ruptura, me dieron ganas de ir al comienzo de esta historia. Y en el comienzo -disco Verano Fatal- me encontré para variar! con una canción de desamor. Lo primero que pensé, muy en plan "nena", fue en cómo se sentirán hoy en día ellos respecto de esta canción. La cantaban juntos, probablemente a propósito de una historia de Nacho; entonaban frases tristes, donde se unen el dolor profundo y la simpleza. Y luego una ruptura...donde quizás esta canción toma otro sentido para ellos. Triste. Posiblemente no más que una ruptura promedio entre cualquier pareja en el mundo, pero tener esta canción a su haber...no sé, me daba vueltas hoy mientras la escuchaba. 

Como quien hace el amor, se puede hacer también el desamor...en estas líneas se describe cómo: 

<<...Y entonces entonaste dulces gritos
comenzó el más viejo de los ritos
fuiste tú, fui yo, sencillamente fue algo superior
Y añadiste "si lo hacemos, tonto mío
pues hagámoslo como es debido"
"y cómo es eso?" pregunté
y tú me dijiste "justamente así no"
y paraste; "me lo tengo prohibido"
y yo protesté empapado y más que aturdido
y ahora sí que sí que yo
me he perdido...>>


martes, 31 de mayo de 2011

Recuerdo automático


Temblabas. No tú. Tus pies temblaban. Qué increíble que mi recuerdo automático cuando pienso en esa noche sea que temblabas. No tus manos, de dedos breves y diestros. No tu mentón, levemente adelantado siempre, siempre, una cosa estructural, característica tuya que me resultaba atractiva. En ese momento pensé, muy predeciblemente: “este es el chico de los pies que tiemblan”. Seguidamente: “no quiero que esta sea la esencia de lo que más tarde recuerde”. Se ve que no conseguí evitarlo.

Después de temblar te di un beso. Pensé que no valía la pena temblar a cambio de nada. Ahora que lo pienso de nuevo, no sé si un beso cuenta lo suficiente para ser cambiado en un trueque por tanto temblor de pies.

Después del beso te perdí de vista, y te vine a encontrar al cabo de unos segundos. Tus brazos me rodeaban, de la misma forma en que los brazos suelen rodear, pero se sentía distinto…tan distinto que me costó encontrarte. Encontré también tu cabeza, flotando. Cerquita. La mía flotaba al unísono, por culpa de los labios. Otro beso. Y mientras sentía en la piel cómo tus brazos iban aprendiendo a rodear a este cuerpo nuevo, con las piernas inventé el juego de estar desnudos. Todo el mundo cree que conoce este juego. Pero están equivocados. Porque yo lo inventé esa noche.

No sé de qué forma diste una vuelta, y luego yo otra, y luego tú otra vez, y así infinitas veces que se escaparon a la numeración, porque la numeración no tenía nada que hacer ahí, y el asunto es que estábamos enredados. Esto es lo que quiere decir la gente cuando dice que se enredó con alguien. Ni más ni menos. Los relatos siempre son más literales de lo que parecen. Y esta era mi enredadera de una ocasión, de esa ocasión. De crecimiento hábil. La fluida enrevesadura se me escapaba de las manos. Yo no sé cómo describirlo, pero el caso es que de pronto, en un de pronto breve, estrecho, escaso, me olvidé de ti. ¿Será que eso se siente cuando se siente tanto que todo desaparece? Yo soy partidaria del desaparecimiento. Va siendo algo así como mi ideología.

Siempre que invento esta historia imagino el principio y nunca el final. Y así no más, no sé cómo terminar esta historia porque prefiero que no termine, las ficciones inacabadas son una fantasía que pocas veces se escribe. Pocas veces se hacen realidad. Porque, claro, empiezan como ficciones.



miércoles, 25 de mayo de 2011

Christina cantando Don't think twice, it's all right

Siempre he afirmado que Christina no canta bien. Canta rico. Ese tono con tintes sensuales inseparable de su acento español hace mucho de lo que, en otros, hace una buena voz o un bien usarla. Como sea, ella me re gusta y acá está versionando a Dylan, como parte de un homenaje en el que también participan Nacho Vegas, Amaral y no sé quién más.

Y si soy sincera, esta es una de las canciones que más me gusta de Dylan y me encuentro con un video donde Christina la canta y, bueno, nada. Babear un poquito cada día está bien; sirve para enfatizar el sabor de las cosas.

domingo, 22 de mayo de 2011

Quiero ver esto!

martes, 17 de mayo de 2011

Zambra

Me gusta Alejandro Zambra. Caleta. Sus novelas. Mini novelas le dicen algunos. Yo digo que la extensión es una característica más. Novelas.

Bonsai es la primera. La vida privada de los árboles la segunda.Con referencias a la primera. Obvio, los Bonsai son árboles. Mini árboles. Como mini novelas. Árboles entonces.

La tercera salió hace poquito. La estoy leyendo y me ha gustado todavía más. Se llama Formas de volver a casa. Aunque creo que hay más un deseo de volver a casa que unas formas de hacerlo. Total, la forma siempre es la misma. Volver. Es hacer un camino a la inversa del ir. No un camino reversible. No. Un camino inverso.

Cristian Jiménez, un cineasta, hizo una peli basada en Bonsai. Pongo una sinopsis acá. No es el trailer oficial mismo; esta sinopsis me gustó más.



Ya, me voy a hacer aseo, pa que mi mami no me rete.

martes, 26 de abril de 2011

Caí da


El cabello cae

en caída libre

en cadena perpetua

en perpetuo

en cadena miento 


[ ¿De quién es la culpa? / Del cuero cabelludo / por eso / hay que depilarse / para que el cuero / no esté cabelludo / y sea cuero / como dios manda ] 

Intimidad



"¿Qué es lo qué me deja más perplejo? El hecho de que he batallado con las mismas preguntas y obsesiones y con las mismas respuestas torpes e inútiles durante tanto tiempo, durante los últimos 10 años, sin experimentar ninguna ampliación de conocimientos, ni ninguna disminución de mi necesidad de saber; como una rata en la rueda de su jaula. ¿Cómo puedo escapar? Estoy saliendo. Una crisis es una brecha y una posibilidad de fuga. Y eso ya es algo."


                                                                                       (Hanif Kureishi, Intimidad)

viernes, 8 de abril de 2011

Tránsito Lento


Me senté en la escalera
Como si eso regulara mis sentimientos
Como si me hiciera ir paso a paso
Escalón a escalón
No había escalones posibles
Porque todo se reducía a un sentimiento vacío
Un sentimiento túbico
Atravesable
Por cualquier cosa
Por eso los miedos
Las cosas de mentira
Los pasos de mentira
Todas las mentiras
Y el paso a paso
Era un deslizamiento
Por un tubo
De puro sentimiento orgánico
Barato
Diluible
En agua
Era como sal
Sal con agua
Finalmente mi sentimiento
De tan salado
Era el mar
De tan desolado
De tan vacío
Tenía por fuerza que ser grande
De tan extenso
Tenía yo que recogerlo y metérmelo dentro
De tanto que me lo metí dentro
Me dio tránsito lento
Y el tránsito lento
Me ponía idiota contigo

Por eso, mi amor, ando tan idiota. 

jueves, 24 de marzo de 2011

Aviso de utilidad pública


Ahora que ya se entretuvieron imaginando pirulines extranjeros, les paso un aviso! 

Se me acabó la última croquera que me compré! No le quedan hojitas blancas a la pobre. Todo aquel que se precie de ser amigo mío, debe saber que tengo una pequeña compulsión a ocupar las hojas en blanco con rayas, letras y demases. Llámese ideas, boludeces, descargas o brevísimas historias, en mi bolsito siempre hay una croquera dispuesta. 

La utilidad pública no se ve motivada por un asunto económico, una croquera cada un par de meses debe ser uno de los vicios más baratos around the world; lo mío baila por el lado emocional, significativo, lateeero. Siempre me compro las croqueras yo y hoy reconozco que me encantaría poseer croqueras regaladas, obsequiadas, elegidas por otros. 

Así que bienvengo vuestras espontáneas iniciativas croquerísticas =D 





sábado, 19 de marzo de 2011

Música ñami que encontré sin buscar


He escuchado hablar de esta banda desde tiempos inmemoriales (lo cual se remonta a la segunda mitad de los '90, cuando ya tenía conciencia de que una recomendación musical podía llegar a tener mucho valor). Desconozco por qué nunca le busqué ni puse atención. Pero lo hice en estos días. Excelente encontrón. 

I wasn't loking for a mountain...but there was a mountain!

lunes, 7 de marzo de 2011

I WANT TO BE FAT

Voy a transcribir íntegro un cuento que me gustó mucho. Se llama I want to be fat y la escritora es una argentina que se llama Cecilia Pavón. 
Esto es usar la literatura para contar lo que se quiere contar, porque sí, pasarlo bien. 



I WANT TO BE FAT



Everybody deserves to be fucked.
Sex in Dallas



SENTIR (CON MAYÚSCULAS) es algo muy complejo que debe diseñarse y llevarse a cabo con delicadeza y rigor. Por eso, mis amigas y yo nos inventamos una droga que nos ayuda a sentir. Cosas nuevas. Y sentir cosas nuevas nos ayuda a cambiar. Nosotras le decimos “agitar”, pero sólo porque teníamos que ponerle un nombre, y ese es el que estaba más a mano, pero no tiene nada que ver con lo que cualquier persona se imagina cuando escucha ese verbo. Es decir, no se relaciona de ningún modo con el concepto de generar disturbios o conflictos en la vía pública. No salimos a la calle a armar lío, se trata más bien de una agitación interna lograda en base a salidas estratégicas hacia el ambiente exterior (que al fin de cuentas está entrelazado cuánticamente con el interior). Lo que queremos es sentir emociones inéditas, y tratamos de hacerlo a través de una “droga de gomaespuma”, si me pidieran que lo resumiera. Aunque, en lo que a mí respecta, no creo que los procesos químicos que tienen lugar en mis neuronas puedan describirse de una manera tan sencilla.

Concretamente, nos disfrazamos de gordas para percibir el mundo desde ese lugar. Cuando sos gorda, ningún hombre quiere seducirte, y esa es una forma de libertad. Todos los viernes, a las nueve, nos juntamos en mi casa. En total somos seis: Marina, Gabriela, Fernanda, Natalia, Carolina y yo. Cuando llegan, yo ya tengo la pizza y el chocolate preparado sobre la mesada, porque comenzamos nuestra excursión consumiendo esos productos –prohibidos- en cantidad. Nos amontonamos en la mesita de la cocina y, mientras cenamos decimos en voz alta nombres de mujer: Ada, Gema, Benita, Luz, Elma, Jacinta, Delmira, Domitilia, Federica, Marión. Nombres originales que nos gustaría tener, aunque sólo por un rato. Porque no deseamos abandonar nuestras identidades para siempre. Apenas por unas horas. (Como tampoco queremos abandonar nuestros cuerpos definitivamente: unas pocas horas alcanzan para cambiar).

Cuando terminamos de cenar nos vamos a mi cuarto y nos desvestimos. Todas son muy ordenadas y doblan la ropa sobre las sillas que yo dispongo alrededor de la cama. Cada silla tiene un rótulo con un nombre. De esa forma, cuando volvemos, eufóricas y con la conciencia alterada, podemos reconocer fácilmente quiénes éramos y qué ropa traíamos antes de salir.

Después saco una caja de plástico llena de planchas de goma espuma y tijeras, y nos ponemos a trabajar. Cortamos rectángulos y círculos de ese material, que nos atamos con hilo transparente alrededor de los brazos, las piernas, el cuello y el tronco, tratando de que no quede ninguna superficie de verdadera piel expuesta al mundo. Saturamos nuestros cuerpos de gomaespuma hasta transformarnos en personas verdaderamente grandes. Seres ampulosos y acolchados. Una vez enormes, pintamos el material que nos envuelve con témperas de color rosado, y finalmente nos vestimos. Preferimos la ropa de colores fuertes para llamar más la atención, y porque en las revistas femeninas siempre escriben artículos en contra de la ropa de colores estridentes que, al parecer, engorda. (En general, nuestro lema es hacer lo contrario de lo que dicen las revistas femeninas).

Cerca de las doce, salimos a la calle con nuestros nuevos cuerpos y nuestra nueva personalidad. Nos tomamos un taxi y nos vamos a vagar por la noche. Entramos a restaurants, bares, librerías, discotecas, y cualquier espacio que nos llame la atención. Nos sentamos en los bancos de concreto de las plazas, una al lado de la otra, rozando nuestras caderas esponjosas, y nos abrazamos para quedar como una sola masa de carne, o un tren. O bailamos ondulantes extendiéndonos en la pista bajo las luces estroboscópicas.

Durante horas nos sentimos gordas en la ciudad. No simplemente gordas encerradas en nuestros departamentos, sino gordas transitando por las calles aristocráticas y luminosas de los barrios acomodados. Porque a esos barrios es a donde más nos gusta ir. Allí, todas las mujeres son flacas y se visten con colores apagados: marrón, negro, azul marino, verde musgo, gris…Y la droga de la gordura es mucho más efectiva cuando se experimenta potenciada por el contraste. Al irrumpir en esos paisajes nos sentimos verdaderas freaks.

Y les digo: no hay droga más poderosa que la mirada del prójimo cuando te eleva al lugar vanguardista del freak. Nadie sabe realmente nada de la vida hasta que no se ha sentido en algún momento, por alguna circunstancia, un freak. Que te miren de esa manera genera más adrenalina que hacer jumping desde un puente, o que tomarse ua pastilla de éxtasis y bailar toda la noche en una rave. Y una vez que lo has experimentado es muy difícil parar. Estamos seguras de que cuando envejezcamos, vamos a querer ser como esas señoras que se tiñen el pelo una vez por semana y lo tienen extremadamente seco, pero rubio, de un rubio veteado y de mal gusto; se maquillan mal delineándose exageradamente los labios y usan pantalón de jogging con tacos, pulóveres muy gastados pero con lentejuelas y anteojos de sol con el marco color violeta. Esas ancianas que uno ve en el colectivo y dice: “A los sesenta, yo quiero verme exactamente así”. Pero ahora a los treinta, sólo nos queda la opción de ser gordas.

Cuando ya hemos tenido suficiente, alrededor de las cuatro o cinco, exhaustas, tomamos un taxi de vuelta. Durante el viaje, tratamos de poner en palabras lo que acabamos de sentir. Sacamos unas libretas y anotamos rápidamente nuestras impresiones (como hacía Baudelaire con el hachís). Después, durante la semana las redactamos correctamente y nos las mandamos por mail. El año que viene queremos publicar un pequeño volumen que sirva de protocolo para los que quieran sentir lo mismo que nosotras. El mundo está cambiando y este es el momento de inventar nuevas experiencias. La gente ya conoce las drogas disponibles en el mercado, y necesita encontrar otras nuevas. Porque lo importante es cambiar, y las drogas son lo único que te ayudan a cambiar. 


miércoles, 2 de marzo de 2011

Suicidio Sensorial


Esto es un poco lo opuesto a lo anterior. Pánico a no sentir. Porque la experiencia te ha situado de ese lado. Yeap. 


Entonces decidí matar mis sensaciones. Me bastó con encontrar el interruptor interior y oscilar en el mundo del ni frío ni calor. Fue un suicidio sensorial, el comienzo de una nueva existencia.

Desde entonces, ya no tuve dolor. Ya no tuve nada. La capa de plomo que bloqueaba mi respiración desapareció. El resto también. Vivía en una especie de nada.

Superado el alivio, empecé a aburrirme de verdad. Pensaba en volver a accionar el interruptor interior y me di cuenta de que no era posible. Aquello me preocupó.

La música que antes me conmovía ya no me provocaba reacción alguna, incluso las sensaciones básicas, como comer, beber, darme un baño, me dejaban indiferente. Estaba castrado por todas partes.

La desaparición de los sentimientos no me pesó. Al teléfono, la voz de mi madre sólo era una molestia que me hacía pensar en un escape de agua. Dejé de preocuparme por ella. No estaba mal.

Las cosas no marchaban bien. La vida se había convertido en la muerte.


Amélie Nothomb. Diario de Golondrina. 

martes, 22 de febrero de 2011

Comprender el Mundo. Disfrutar el Mundo.

No propongo una correlación positiva entre estas 2 frases. Tampoco propongo una negativa. Sólo sí afirmo que están relacionadas.

Nunca fui una lumbrera en ciencias naturales, ciencias exactas. Tampoco es lícito decir que fui un fracaso. Mis 700 puntos –así peladitos- en la PSU de matemática, sin una preparación concienzuda, me apoyan. Además, fui ayudante de estadística, y aunque la estadística de psicología debe ser la más fácil de todas, supongo que igual cuenta. De cualquier manera, es algo nada memorable –literalmente; casi nadie lo recuerda.

Con todo el apego –quizás le hago más honor a la verdad si digo tener dedos pa'l piano- que tengo por las humanidades y la coza sozial, cada vez me intriga más todo lo que sobre el mundo me puedan enseñar las ciencias exactas. Las ciencias “más” exactas; sabemos que la denominación es más un ejercicio comparativo entre disciplinas que una definición precisa de sus posibilidades. También agregar que me causa una enorme curiosidad la economía, en la que veo un cruce entre la búsqueda de exactitud y una vocación de comprensión social, que da como resultado una disciplina compleja y atractiva. No sé si existan otros ejemplos de este cruce. Sé que la sociología tiene una aspiración científica en esta línea y algunos enfoques de la psicología también, pero no llegan a generarme esta suerte de “seducción intelectual”.

Varias veces, conversando con un compañero en la U –un extraño caso; estudió ingeniería hidráulica y obtuvo el grado académico, pero no quiso titularse y no quiso ejercer: en cambio, se puso a estudiar psicología- reflexionábamos sobre lo interesante y la real dificultad (comparada con psicología) que suponía el estudio de algunas disciplinas “exactas”. Me acuerdo que elogiábamos la física. Hablábamos de lo factible que nos parecía volverse loco si estudiabas, con cierta pasión, ingeniería en matemática. La verdad, yo nunca entendí su tardía deserción de su carrera anterior. No el hecho de que fuera tardía, sino el hecho de que desertara. Bueno, así como yo veo sutilezas entre distintas disciplinas sociales, probablemente él las veía en los terrenos ingenieriles.

Siempre me doy mil y una vueltas y pierdo el hilo de mis ideas. Ya lo saben si me leen. Siempre surgen cosas que explicar o acotaciones que me parecen indispensables. Y todo termina enredado y lejos de su idea de origen.

Lo que quiero dejar dicho aquí es más bien personal y complejo (para variar). Por eso uso este blog, visitado por pocos, esos pocos que tienen la mala costumbre de comentarme los posts por msn o por mail en vez de escribir acá (sépanlo: es una mala costumbre).

La psicología es un lindo alimento para el alma. Así como suena de cursi y todo. Pero no me resulta estimulante. Respeto que lo sea para muchos. Y entiendo el papel principal que tiene cada uno en buscar estímulos y desafíos en sus áreas de competencia. Pero yo la miro -y créanme que los lentes que uso sólo tienen función antirreflejo así q mis ojos tienen una calidad envidiable- y no encuentro nada que fije mi mirada atenta. Esos ojos brillantes de curiosidad, que son mi parte favorita de mí misma. Creo que para mí (la psicología) se agotó en el momento en que entendí y me hizo un profundo sentido su función en mi historia, en mi vida, como recurso.

Es cierto que en términos de desempeño, sólo me he aplicado en la clínica. No me vendría mal probar otros terrenos –aunque mientras estudiaba nunca me prendieran.

Pero ya sé que tengo que seguir hurgando. Sin curiosidades creo que todo en la vida se vuelve muy fome. No digo que haya q seguir estudiando toda la vida cosas nuevas y distintas a lo anterior. Sí digo que preguntarse es una acción que abre posibilidades. Sí digo que curiosear, descubrir y maravillarse son de las cosas más entretenidas y que más sentido tiene hacer en este mundo.

Podemos probar a preparar distintas mezclas de ingredientes en nuestras comidas. Podemos escuchar muchas piezas musicales distintas y atender a las relaciones entre sus sonidos. Podemos recordar –y vaya que lo hacemos- echando mano de fragancias, sensaciones corporales, térmicas, dolorosas, tan exquisitas como inoportunas. Estamos llenos de posibilidades de sensaciones. Algunas personas podrán pensar que es inadecuado comparar cosas tan simples –mirar, oler- con pensamientos, elucubraciones complejas. A mí me parece que todo es parte de la misma posibilidad de placer. Conocer el mundo con nuestros sentidos. Desglosar. Analizar; separar y sintetizar. Es difícil de transmitir con palabras. Se trata de degustar con todos los sentidos, de devorar con todos los sentidos y de reflexionar con todos los sentidos. Hace un tiempo que comencé a vivir de esa forma, y no tengo ganas de que la vida se acabe.

PD: Si me ven pegada, con actitud de laguna mental, no estoy, como usualmente, perdida; estoy concentrada en algún disfrute particular. El mundo está increíblemente lleno de ellos!!

Quizás disfrutar sea requisito para comprender. Sería una justa ecuación. 

jueves, 17 de febrero de 2011

Mentir mucho, poquito, nada

Las mentiras se pueden transformar en libros, en historias. Quizás cuántas historias no sean sino mentiras…creo que la mayoría de las historias están basadas en hechos reales. Cuánto estemos dispuestos a aceptarlo es otra cosa.



martes, 15 de febrero de 2011

Las Nenas *

Las nenas son 6. Aparte de mí
A veces son 4, 1 o 2
Cuando las circunstancias pueden con ellas
Quiero decir, cuando ellas no pueden con las circunstancias

Las nenas son un set list nutrido
Un menu de bar
Sin happy hour
Cero posibilidad de llevar 2 por el precio de una

Las nenas son un arcoiris
Sin el conflicto previo
Entre el sol y la lluvia
No hay colores

Las nenas son casi siempre ricas
Pa’ chuparse los dedos
Y más lindas que el sol

Ya sé que son todas independientes
Y de alma winner
Pero igual cago si no están

Las nenas

*Antipoema. 
Los poemas hacen algo bello con el lenguaje. Yo sólo hago algo “real”, dejando la belleza de la forma en 2º plano. Lo cual no es necesario explicitar, por supuesto.




Hasta una canción para ellas es difícil de elegir. Ellas po, las muy distintas. 


PD: Blogger se me ha revelao; no me deja poner el video ordenadito dentro de su espacio...se sale =( 

martes, 8 de febrero de 2011

Cuando sea mayor, pensaré en cuando era pequeño

"(...) Se daba por supuesto que la edad adulta estaba consagrada a la infancia. Los padres y sus cómplices estaban sobre la tierra para que sus retoños no tuvieran que preocuparse de cuestiones domésticas como la alimentación y el lecho, para que pudieran asumir a fondo su papel esencial, ser niños, es decir, ser. 

Esos niños que disertan sobre su futuro siempre me han intrigado. Cuando me hacían la famosa pregunta: "¿Qué harás cuando seas mayor?", invariable respondía que "haría". Premio Nobel de Medicina o mártir, o ambas a la vez. Y respondía muy deprisa, no para impresionar sino al contrario: aquella respuesta premasticada me servía para quitarme de encima lo antes posible aquella absurda cuestión. 

Más abstracta que absurda: en mi fuero interno, estaba convencida de que nunca sería adulta. El tiempo duraba demasiado para que pudiera ocurrir nada semejante. Tenía siete años: aquellos ochenta y cuatro meses me había parecido interminables. ¡Cuán larga era mi vida! La simple idea de que pudiera vivir el mismo número de años me producía vértigo. ¡Siete años más! No. Era demasiado. Sin duda me detendría a los diez o doce años, en el colmo de la saturación. De hecho, ya casi me sentía saturada: ¡me habían ocurrido tantas cosas!

Así pues, cuando me refería a mi Nobel de Medicina o a mi condición de mártir, no lo hacía por vanidad: se trataba de una respuesta abstracta a una pregunta abstracta. Y, además, no veía ningún elemento grandioso en aquellas profesiones. El único oficio que me inspiraba un auténtico respeto era el de soldado, y especialmente el de explorador*. ¿La cumbre de mi carrera? Ya la estaba viviendo. Después -si es que existía un después- sería necesario ir a menos y conformarse con el Nobel. Pero en mi fuero interno no creía en ese después. 

Aquel sentimiento de incredulidad iba acompañado de otro: cuando los adultos se referían a su infancia, no podía evitar pensar que mentían. No habían sido niños. Habían sido eternamente adultos. La decadencia no existía, ya que los niños seguían siendo niños, al igual que los adultos seguían siendo adultos.

Aquella convicción no formulada, la conservaba dentro de mí. Me daba perfecta cuenta de que no podría defenderla: todavía creía más en ella."


Amélie Nothomb - El Sabotaje Amoroso


*Soldado y explorador eran roles de un juego al que la protagonista del libro se entregaba durante los breves años infantiles en que vivió en Pekín, año 1972 aprox. Hija de diplomático belga, compartía juegos con niños procedentes de muy diversos lugares del mundo, prácticamente encerrados en un barrio reservado a esta clase política. Personalmente, tengo la impresión de que el libro es autobiográfico. La autora plasma en él una visión re lúcida de los efectos a largo plazo de la guerra en la vida de los pueblos....pero lo hace mirando retrospectivamente su infancia....demasiado entretenido y recomendable. 

miércoles, 2 de febrero de 2011

Horizontalidades

La muerte es horizontal 

s                s
e                 e

p                    c
a                     a
r                       e
t
e                           e
                              n
n                                  d
                                      i
v                                     a
e                                       g
r                                         o
t                                           n
i                                             a
c                                              l
a
l

para terminar en horizontal


La muerte es horizontal

como los suelos

como los techos 

como los desplazamientos ---------------------------------->
que se hacen en posición vertical    |
pero se avanza en horizontal

como los pies, horizontales
que cuando uno muere quedan parados con los deditos mirando pa'arriba

viernes, 14 de enero de 2011

Pulenta banda penquista






martes, 11 de enero de 2011

Prefiero bailar que conversar contigo. Shorta!





martes, 4 de enero de 2011

Amar no debe ser un medio

Sino un fin 

(frase encontrada en un libro pulento q está lleno de frases mucho mejores que esta....no lo delataré)